Por Orlando Javier Flores
Siempre y cada vez que tenia la ocasión de encontrarme con el Sr. Robledo, ya sea por pasar a saludarlo en la oficina de su negocio, o por estar viendo algún partido de fútbol él, por distracción, yo, por mi profesión, siempre una sonrisa de su parte y un merecido regaño, regaño que siempre agradeceré, me decía “ya casi no escribes nada de aquí, ya no haces criticas (casi no le tiras a nadie), deja de hacerte menso con la Internet”, y también me estimulaba con palabras como; “has mejorado mucho, me gusto mucho tu nota, eso que dijiste de esos equipos, esta todo cerca de la verdad, pero deberías hablar de esto y aquello”, era agradable conversar siempre con él.
Hoy escribir de su fallecimiento no es muy agradable, y como debía serlo, para mi era una persona importante, de una personalidad bárbara, que imponía respeto, siempre exigente con él y con los cercanos a él, pero siempre agradable, jamás tuve alguna fricción que tambaleara nuestra amistad, si porque como muchos, sus puntos de vista eran auténticos y defendía su posición. Apasionado como pocos, nuestras conversaciones siempre serian agradables, eran de una manera que se rompían hasta que por asuntos de su trabajo o del mío, eran ya insostenibles por el tiempo usado para ellas.
Por eso, MI SEÑOR ROBLEDO estará conmigo mucho tiempo esas palabras que en tanto tiempo de conversación aun recuerdo varias, tu legado para mi será que siempre, espero y si, como tu lo hacías buscar ser siempre respetuoso del punto de vista de los demás, pero sobre todas las cosas, ser respetuoso con el propio.
Siempre y cada vez que tenia la ocasión de encontrarme con el Sr. Robledo, ya sea por pasar a saludarlo en la oficina de su negocio, o por estar viendo algún partido de fútbol él, por distracción, yo, por mi profesión, siempre una sonrisa de su parte y un merecido regaño, regaño que siempre agradeceré, me decía “ya casi no escribes nada de aquí, ya no haces criticas (casi no le tiras a nadie), deja de hacerte menso con la Internet”, y también me estimulaba con palabras como; “has mejorado mucho, me gusto mucho tu nota, eso que dijiste de esos equipos, esta todo cerca de la verdad, pero deberías hablar de esto y aquello”, era agradable conversar siempre con él.
Hoy escribir de su fallecimiento no es muy agradable, y como debía serlo, para mi era una persona importante, de una personalidad bárbara, que imponía respeto, siempre exigente con él y con los cercanos a él, pero siempre agradable, jamás tuve alguna fricción que tambaleara nuestra amistad, si porque como muchos, sus puntos de vista eran auténticos y defendía su posición. Apasionado como pocos, nuestras conversaciones siempre serian agradables, eran de una manera que se rompían hasta que por asuntos de su trabajo o del mío, eran ya insostenibles por el tiempo usado para ellas.
Por eso, MI SEÑOR ROBLEDO estará conmigo mucho tiempo esas palabras que en tanto tiempo de conversación aun recuerdo varias, tu legado para mi será que siempre, espero y si, como tu lo hacías buscar ser siempre respetuoso del punto de vista de los demás, pero sobre todas las cosas, ser respetuoso con el propio.
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